
En mitad de la guerra fría, allá por el año 1978, tuvo lugar la Revolución de Sau, por la que el Partido Democrático Popular de Afganistán constituía un nuevo régimen socialista. Tras décadas de conflicto, los comunistas afganos, fuertemente respaldados por el ejército soviético, deponían al régimen populista de Mohammed Daud Khan, un dictador de corte liberal contrario a la causa comunista. El régimen socialista afgano resistió hasta 1992, cuando el gobierno estadounidense logró posicionar a sus amigos los talibanes al mando del país.
Durante todos esos años de panacea comunista, la Unión Soviética y Afganistán mantuvieron relaciones fraternales. Los árabes se sentían muy agradecidos con sus amigos, casi hermanos, del norte. Como muestra...