De repente los sueños no bastaban.
El hoy se adueñó del nunca,
y el mañana se convirtió en lo posible.
Blog personal que desgrana la actualidad desde la óptica de un membrillo amarillo
A estas alturas de la película, todo el mundo sabe cómo y cuándo empezó la crisis financiera. Todos lo sabemos. Pero no nos importa demasiado. Es como cuando tienes un virus, lo único que quieres es curarte de una vez. No te importa si proviene de la ensaladilla rusa de un bar o de un gazpacho que llevaba días en tu nevera. Esas cosas no nos interesan. Tampoco el tomar medidas para prevenirlos en el futuro. La vida es así. En el futuro volverás a sufrir esos dichosos virus, no se puede hacer nada por evitarlos.
Con el mismo conformismo con el que aceptamos este tipo de dolencias, lo hacemos con el sistema económico que nos ha tocado padecer. No nos planteamos demasiado culpar a los que provocaron la crisis o tomar medidas a largo plazo para evitar caídas futuras. Lo importante es curarnos ahora. Luego ya se verá.
Así que poco importa que la crisis provenga de la irresponsabilidad e insaciable voracidad de poderosos bancos de inversión estadounidenses, como Goldman Sachs, Merrill Lynch o Lehman Brothers. Entidades defensoras del liberalismo económico a ultranza y desprecio absoluto por la intervención estatal, pero que luego no tuvieron problema de conciencia alguno en solicitar liquidez al Banco Federal de EEUU.
En cualquier caso, la entrada de hoy no va sobre los fondos de inversión, sino sobre los recientes cambios de gobierno en Italia y Grecia, y en la presidencia del Banco Central Europeo. Lo que me ha llevado a escribir este post es compartir con vosotros el emotivo lazo de unión que comparten el señor Mario Draghi, actual Presidente del Banco Central Europeo, Lukás Papademos, Primer Ministro de Grecia, y Mario Monti, Primer Ministro de Italia. Señores con dilatada experiencia en las finanzas que han sido “colocados” en sus cargos como los únicos capaces de resolver la crisis.
Mario Draghi es un economista italiano con una larga trayectoria profesional. Ha sido director del Banco Mundial durante 5 años (1985-1990), gobernador del Banco de Italia durante otros 5 (2006-2011). El señor Draghi también es un viejo conocido en la política de su país, ha sido uno de los grandes artificies de las numerosas privatizaciones que Italia ha llevado a cabo en las dos últimas décadas.
Si bien, Draghi, hombre inteligente y perspicaz, destacó sobre todo por su gestión como vicepresidente para Europa del banco de inversión Goldman Sachs (2002-2006). Una de sus operaciones más exitosas fue su magnífica gestión ayudando al Gobierno griego a ocultar un préstamo de mil millones de euros como parte de la deuda pública. Un fiasco financiero que, efectivamente, mandó a Grecia al carajo poco tiempo después.
Lukás Papademos también es un hombre experimentado en las finanzas. El señor Papademos y Draghi tienen muchas cosas en común. Ambos provienen de muy buena familia, de esas que han podido mandar a sus hijos a prestigiosas universidades norteamericanas, Papademos, como su colega italiano, también fue jefe del Banco Central de su país durante años (1985-1993), así como vicepresidente del Banco Central Europeo (2002-2008). Pero, lo más interesante, es que el actual Primer Ministro griego también trabajó para el gigante financiero Goldman Sachs. Y parte de su éxito fue su participación, junto a su colega Draghi, de la gran operación fraudulenta griega.
Solo nos queda Mario Monti. El Primer Ministro italiano, como sus colegas, también es economista, formado en la Universidad Bocconi y en la prestigiosa Universidad de Yale. Ha desempeñado importantes cargos en empresas privadas, como General Electric, así como un importante papel en el sector público italiano y europeo. De hecho, es uno de los pocos afortunados que componen el club Bilderberg. Un servidor público que forma parte de un grupo integrado por las mayores fortunas del mundo. Contradictorio. Pero, a lo que íbamos, lo más interesante del señor Monti es que es uno de los prestigiosos asesores con los que cuenta Goldman Sachs. Lo hace desde 2005, justo cuando la institución financiera ayudaba al gobierno griego de Karamanlis a falsear sus cuentas públicas.
Draghi, Monti y Papademos, comparten un pasado (y presente) con Goldman Sachs, el gigante financiero al que el economista Matt Traibbi calificó de “un calamar vampiro asfixiando a la humanidad”, y al que cualquier entendido en economía apunta como uno de los causantes, no solo del colapso griego, sino de la crisis matriz, la que derrumbó la economía mundial en 2008.
Pensándolo bien, puede que ellos sean los mejor posicionados para reconducir las balanzas financieras. El personaje televisivo, Dexter Morgan, probablemente sea el mejor forense de sangre por su entrenamiento como asesino en serie. Nadie mejor que él sabe cómo salpica la sangre tras una apuñalada. Así que, por esa regla de tres, puede que estos tres tecnócratas también sepan mejor que nadie cómo resolver el percal que ellos mismos han provocado.
Aunque, pensando un poco más, se me viene a la cabeza una de las teorías sobre la verdadera identidad de Jack el Destripador, que apunta a un policía londinense. No hay mejor forma de asesinar que siendo un policía. Como Dexter, que sabe cómo delinquir sin ser visto gracias a la información y al entrenamiento que recibe por formar parte de la policía local de Miami. Así que, desde esta perspectiva, Monti, Draghi y Papademos están, sin lugar a dudas, en la mejor posición en la que querría estar cualquier delincuente. Bajo su disfraz de leales servidores públicos podrán continuar practicando sus particulares crímenes, no tan sangrientos, pero igual de contundentes.
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